Algo tiene este chicarrón del Norte que no deja indiferente a nadie, aparte de unas ganas terribles de follarse a todo lo que se menea. A mí Arturo no me fascina, pero me cae bien. Naturalmente no desearía tener un tipo así como cuñado, ya no digo como marido, pero como personaje televisivo tiene su miga. Es un tipo físicamente atractivo, de verbo limitado y vacilón, con aires de bakalaero trasnochao y canalla entrañable, y esto último es lo que nos pone a muchas.
Por supuesto que no estaría con un tipo tan machista, despectivo, macarruzo y prepotente, para chula yo, pero eso no quita que entienda que Arturo se comporta así con quien permite que lo haga, en este caso, Indhira. Tiene nombre precioso esta bokerona guapa y tonta a parte iguales, y nada en que parecerse a esa otra Indhira (Ghandi) de ideales bien distintos y legado incomparable, pero claro, ni el hábito hace al monje ni el nombre a la persona...
Hombre, Arturo tiene algo de rey... de las camas, como aquel Lorenzo Lamas impúber que inventó el edredoning, pero el sexo que promete Arturo Pitoduro es menos confortable... aunque mucho más excitante
Me temo que el gran secreto de Arturo va más allá de la katoka... realmente, este hechicero del sexo se juega los cuartos en apuestas de colegial, y así pasa, que este preñahembras saleroso y cachodón, ha de conformarse con tal de lograr sus objetivos con restregar su cebolleta con muchachitas calentonas desconocedoras del placer más allá de la polla. La lengua que le pierde es la misma que le hace vencedor, no hay más que ver cómo se le salen los ojos de las órbitas a la malagueña cuando el cromagnon desciende sin miramientos por sus muslos en busca de la caverna de la que nunca debió salir.
Me gusta mucho más Arturo que ese sinfín de feministas indómitas que hacen campaña contra él en vez de enseñar a quienes defienden que la actitud de Indhira - y tantas otras mujeres - es autodestructiva. No creo que esté enamorada, simplemente le parece irresistible que el MACHO le haya elegido... aunque sólo sea para follar ... algo es algo... cuando no se tiene en la cabeza más que una preciosa mata de pelo ensortijada
sábado
jueves
martes
Perla de Nilo
Te miro y no te encuentro aún teniendo a un palmo de los míos tus ojos, y me pregunto dónde fue a parar el fuego, dónde! Me regalas tu dibujo de mi cuerpo desnudo e intento averiguar en qué momento me imaginaste así, porque no recuerdo esa orgía caribeña de sexo rotundo y sudor templado como jugo de langosta.
Tu imaginación generosa me regala curvas depuradas y ningún atisbo de piel naranja, decididamente, no era yo a quien dibujabas, pero insistes. "Te hice un dibujo, mi negra, eres tú desnuda".
Le buscaré sitio en mis paredes africanas a ese sueño líquido y cubano que me evoca a los mojitos de Rogelio; contacto suave, textura elegante, acabado exuberante.
Transcurre sinuoso tu caudal salvaje cada vez que miro el dibujo... y descubro que el fuego sigue estando en tus ojos, y yo intentando recordar...
Tu imaginación generosa me regala curvas depuradas y ningún atisbo de piel naranja, decididamente, no era yo a quien dibujabas, pero insistes. "Te hice un dibujo, mi negra, eres tú desnuda".
Le buscaré sitio en mis paredes africanas a ese sueño líquido y cubano que me evoca a los mojitos de Rogelio; contacto suave, textura elegante, acabado exuberante.
Transcurre sinuoso tu caudal salvaje cada vez que miro el dibujo... y descubro que el fuego sigue estando en tus ojos, y yo intentando recordar...
domingo
MA-TO
Yo no soportaría, comociéndome como me conozco, el eco eterno de tu retahíla de improperios a menos de un kilómetro de distancia en tus momentos de desafío decibélico, pero eso no quita que te sienta cercana. Eso que dicen y tú misma reafirmas de que eres la voz del pueblo, es discutible; ójala en todos los pueblos hubiera alguna voz como la tuya, denunciando públicamente aquello que no está bien.
Las cosas no están bien o mal porque a uno le parezca así, el bien y el mal son valores universales que cualquiera sería capaz de distinguir. No pertenezco a ningún bando, plataforma o colectivo. Me gusta Belén Esteban? Si. No me considero una intelectual, tampoco una borrega, pero creo que la conexión contigo va más allá del nivel de conocimiento, y radica exactamente en el sentimiento, eso que ahora ha dado en llamarse inteligencia emocional.
El mensaje llega más allá de que tu vocabulario fronterizo no te permita el eufemismo televisivo del que otros hacen acopio. Estoy convencida de que es una cuestión de fibra. No soy madre, no soy separada, no soy popular -en ningún sentido esto de popular si me permites el matiz- pero me resulta tremendamente fácil sentir el dolor que sientes cuando lo expones. Y cuánto más cercana te siento, más lejos me veo de otros a quienes tu sola presencia les incomoda. Se habla mucho de fondo y forma, que si las formas no son correctas, que si bla bla bla...
Yo me quedo con tu fondo. Y a veces, tengo la sensación, de que tu mayor frustración no es otra que tu hija no pueda sentir jamás lo que tu has sentido por tu padre. Yo pertenezco a esa generación -si se le puede llamar así- en la que tuvimos la infancia más feliz que se pueda tener, porque nuestros padres se ocuparon y preocuparon de que no nos faltara nada importante: amor, compañía, dedicación. No quiero decir que ahora no se haga, pero desde luego, la escasez de tiempo debida a la falta de conciliación de horarios hacen que esta tarea sea harto difícil y reste una dedicación óptima. Ese es otro tema.
No hay más que ver el dolor y la impotencia qe te produce el hablar de tu padre para darse cuenta de cuánto lo echas de menos y cuánto te habría gustado que tu hija se sintiera tan orgullosa de su padre como tu del tuyo. Quizás por eso su ausencia sea aún más insoportable. Debe ser horrible.
También es horrible lo de las famosas 7 cartas, que tiene nombre de película. Por supuesto que todo el mundo tiene derecho a expresar y denunciar todo aquello que le parezca denunciable, lo que ya no me parece normal -ni acertado- es que el Defensor del Menor "ataque" haciéndose eco de esas siete voces -que bien podría ser la voz de uno multiplicado por siete- a una madre que lo único que intenta es defender y salvaguardar los derechos de su hija, ya que el padre no es capaz de comportarse como tal. Por cierto, maldita casualidad, el siete en un número tan taurino!
No sé si la voz de los que no somos esos 7 -enanitos por cobardes- tiene tanto peso, pero desde luego, yo estoy del lado, siempre que me dejan, de quien considero está más cerca del bien, y desde luego, no puede ser mala gente alguien que recibe tantas muestras de cariño diaramente.
Lloré y me reí en tu entrevista valiente del viernes, me emocionó tu sensibilidad, pero sobre todo, sentí la necesidad de hacerte llegar un mensaje:
Efectivamente, algo está cambiando en este pais. Es intolerable, inadmisible, y tremenamente obsceno, que la Justicia en este pais se haya olvidado de esas madres y padres que realmente ven como se vulneran los derechos de sus hijos -hasta la muerte- y que ese señor que ocupa un cargo público de alta responsabilidad cuestione públicamente la tuya como madre por defender allí dónde te plazca los derechos de tu hija.
Antes de matar por tu hija morirás un poco cada día sólo de sentir el desprecio que ese padre muestra hacia ELLA: no me sorprendió que no te llamara por la famosa subida de azúcar, lo que sí es sorprendete es que preocupado por la situación, no lo hiciera para decirte, Belén, no podemos permitir esto. Estoy contigo. Por ejemplo.
Por encima del fenómeno mediático, sociológico, comercial, Belén Esteban es persona, cabeza de turco en este caso, y si yo fuera Tita u otras fulanas del colorín con más renombre, andaría preocupada por saber quien será la próxima... claro, que es mucho más fácil -y efectivo- cargar tintas sobre alguien que tiene menos consideración en el podiun del cuore, aunque sólo por abrir la boca y pestañear tenga un caché mayor que esas que muestran interiores en el Hola con titulares almibarados, insulsos y hasta ofensivos.
Te queda claro?
Las cosas no están bien o mal porque a uno le parezca así, el bien y el mal son valores universales que cualquiera sería capaz de distinguir. No pertenezco a ningún bando, plataforma o colectivo. Me gusta Belén Esteban? Si. No me considero una intelectual, tampoco una borrega, pero creo que la conexión contigo va más allá del nivel de conocimiento, y radica exactamente en el sentimiento, eso que ahora ha dado en llamarse inteligencia emocional.
El mensaje llega más allá de que tu vocabulario fronterizo no te permita el eufemismo televisivo del que otros hacen acopio. Estoy convencida de que es una cuestión de fibra. No soy madre, no soy separada, no soy popular -en ningún sentido esto de popular si me permites el matiz- pero me resulta tremendamente fácil sentir el dolor que sientes cuando lo expones. Y cuánto más cercana te siento, más lejos me veo de otros a quienes tu sola presencia les incomoda. Se habla mucho de fondo y forma, que si las formas no son correctas, que si bla bla bla...
Yo me quedo con tu fondo. Y a veces, tengo la sensación, de que tu mayor frustración no es otra que tu hija no pueda sentir jamás lo que tu has sentido por tu padre. Yo pertenezco a esa generación -si se le puede llamar así- en la que tuvimos la infancia más feliz que se pueda tener, porque nuestros padres se ocuparon y preocuparon de que no nos faltara nada importante: amor, compañía, dedicación. No quiero decir que ahora no se haga, pero desde luego, la escasez de tiempo debida a la falta de conciliación de horarios hacen que esta tarea sea harto difícil y reste una dedicación óptima. Ese es otro tema.
No hay más que ver el dolor y la impotencia qe te produce el hablar de tu padre para darse cuenta de cuánto lo echas de menos y cuánto te habría gustado que tu hija se sintiera tan orgullosa de su padre como tu del tuyo. Quizás por eso su ausencia sea aún más insoportable. Debe ser horrible.
También es horrible lo de las famosas 7 cartas, que tiene nombre de película. Por supuesto que todo el mundo tiene derecho a expresar y denunciar todo aquello que le parezca denunciable, lo que ya no me parece normal -ni acertado- es que el Defensor del Menor "ataque" haciéndose eco de esas siete voces -que bien podría ser la voz de uno multiplicado por siete- a una madre que lo único que intenta es defender y salvaguardar los derechos de su hija, ya que el padre no es capaz de comportarse como tal. Por cierto, maldita casualidad, el siete en un número tan taurino!
No sé si la voz de los que no somos esos 7 -enanitos por cobardes- tiene tanto peso, pero desde luego, yo estoy del lado, siempre que me dejan, de quien considero está más cerca del bien, y desde luego, no puede ser mala gente alguien que recibe tantas muestras de cariño diaramente.
Lloré y me reí en tu entrevista valiente del viernes, me emocionó tu sensibilidad, pero sobre todo, sentí la necesidad de hacerte llegar un mensaje:
Efectivamente, algo está cambiando en este pais. Es intolerable, inadmisible, y tremenamente obsceno, que la Justicia en este pais se haya olvidado de esas madres y padres que realmente ven como se vulneran los derechos de sus hijos -hasta la muerte- y que ese señor que ocupa un cargo público de alta responsabilidad cuestione públicamente la tuya como madre por defender allí dónde te plazca los derechos de tu hija.
Antes de matar por tu hija morirás un poco cada día sólo de sentir el desprecio que ese padre muestra hacia ELLA: no me sorprendió que no te llamara por la famosa subida de azúcar, lo que sí es sorprendete es que preocupado por la situación, no lo hiciera para decirte, Belén, no podemos permitir esto. Estoy contigo. Por ejemplo.
Por encima del fenómeno mediático, sociológico, comercial, Belén Esteban es persona, cabeza de turco en este caso, y si yo fuera Tita u otras fulanas del colorín con más renombre, andaría preocupada por saber quien será la próxima... claro, que es mucho más fácil -y efectivo- cargar tintas sobre alguien que tiene menos consideración en el podiun del cuore, aunque sólo por abrir la boca y pestañear tenga un caché mayor que esas que muestran interiores en el Hola con titulares almibarados, insulsos y hasta ofensivos.
Te queda claro?
miércoles
Sálvame
Se pavonea no tan sigilosamente recuperando el burbujeo refrescante de una coca cola a la hora de la merienda, no se da cuenta -o sí- de que las bebidas carbonatadas son malas consejeras para mi sueño, que hace todo lo posible por interrumpir. Y yo me dejo. Te espero cada tarde, me gusta cruzar tu mar oscuro de chapapote, soy así, qué le voy a hacer.
Otras renegarían de tí como quien huye de la Gripe A, mientras tanto me rindo a tu insolencia menos estudiada de lo que parece. Oh dios, cuánto te he echado de menos aún sin necesitarte.
Si echo la vista atrás, puedo recordate como si fuera hoy... tu torso moreno desnudo, aquella cama blanca. La ficción detrás de la puerta, dentro sólos tú y yo y una gran verdad -o una gran mentira- que bien valdría un exclusiva.
Nada es lo que parece...
Otras renegarían de tí como quien huye de la Gripe A, mientras tanto me rindo a tu insolencia menos estudiada de lo que parece. Oh dios, cuánto te he echado de menos aún sin necesitarte.
Si echo la vista atrás, puedo recordate como si fuera hoy... tu torso moreno desnudo, aquella cama blanca. La ficción detrás de la puerta, dentro sólos tú y yo y una gran verdad -o una gran mentira- que bien valdría un exclusiva.
Nada es lo que parece...
domingo
Señores que se llaman Pilar
Jamás pensé que los mitos pudieran caer de la noche a la mañana, no al menos esos mitos de andar por casa, mitos al fin y al cabo, que encumbrados en su pedestal de finura y clasismo descienden estrepitosamente a pie de calle, de chabola, de arrabal con un sólo gesto.
Me fascinabas más mi amor, cuando te imaginaba bajando de una limusina camino de la tiendecita esa en la que poco menos que te sacaban la alfombra roja un hora antes de probarte unos trapitos y pagar una factura jugosa, incluso cuando deshacías planes inmediatos improvisando cita con ese masajista brasileño que a punto estuvo de dejamre tullida. Debe ser que mis cervicales de segunda regional acostumbran otros masajes menos terapéuticos, debe ser, yo nunca tuve clase para que me masajearan a cambio de un talón.
Incluso cuando vestías en tu verborrea diferente a los submarinistas de tus viajes tropicales con trajes de "ibuprofeno", ay que joderse, y me hacías gracia. Y me la sigues haciendo, primor, una cosa no quita la otra. Pero un mito, una diva -por muy de barrio que sea- no puede, no debe, ir por ahí ahuecando el pompis para relajar la tensión abdominal con un pedo estruendoso y obsceno en mitad del jardín. Oh my God! El trueno gaseoso de tu culito de vallecana ultramegapija dio el pistoletazo de salida: me quedaba por ver como relamías la mozarella pegada al papel Albal.
Ayer decididamente, te ví tan fuera de tí, que parecieras poseída por el espíritu de la Esteban, cuando siempre te he visto tan Lidia, y tan lozana, como esa otra divertida tonista televisiva.
Dio para mucho el sábado, satisfaciendo en demasía mi curiosidad por lo desconocido: ahora ya sé que un pañal cuesta 21 centimos ( ni uno más ni uno menos) y que hay por ahí funcionarios que ostentan el cargo gracias a una cogorza (rite rite, Angelito).
Que haya señores que se llaman Pilar, fue todo un descubrimiento, pero nada, NADA, comparado a ese PEDO que tardaré tiempo en olvidar.
jueves
miércoles
Marida
Me inicia m contrario en las lides matrimoniales con el bautismo inesperado de "marida", palabro que no me disgusta, que se me antoja fresco, contemporáneo y "trés jolie".
Este Josete mío no deja de sorprenderme, en este caso inventando ese vocablo que salió de una coña marinera y se ha convertido en el traje que mejor sienta. No atisbo ningún cambio sobre el horizonte, al menos no ninguno inesperado, y eso no sé si es bueno o malo, pero tranquiliza.
Nada que ver mi caso con el de aquellas pollitas recién llegadas a la veintena, que un buen día disfrazadas de tules y rasos duquesa, vivían en sus carnes ese trastorno brutal en el que se convierte el abandono del nido. Apuesto por la convivencia por encima de los cursillos esos prematrionales, en los que lejos de educar en la igualdad y el respeto, se discute entre cuántas parejas se van a pagar los adornos florales de la iglesia. Manda cojones - y el Papa- más de lo que parece, que todo el mundo va de moderno y supermegaguay, y se respira allá donde vayas un tufillo a "ursulina" que te cagas, ya sea en una reunión de tupper-sex o en esos desayunos de oficinistas mileuristas progres con ínfulas de burgués de barrio.
Me despisto, y me agrada no haber perdido la costumbre del paseo por los cerros de Úbeda, ciudad hermosa y calurosa como pocas, de recuerdos obscenos de calenturas adolescentes, y ese olor tan caracerístico del orujo de aceite, última prensa del hueso de la aceituna, que otros llaman aceite refinado. Una mierda! A ver cuando se enteran unos cuantos, que la única virginidad sagrada que conozco es la del zumo de la oliva, y que los girasoles y sus jugos no quedan mal en mahonesas y salsas finas, pero un buen tomate sabe a gloria cuando se le riega con aceite virgen extra.
Una marida sabe de estas cosas, claro. E ignora muchas otras, como esa ciencia inexacta según la cual, el que siembra no recoge lo que siembra. Si plantas un cebollino y te salen pimientos relucientes y hermosos, no va mal la cosa, pero ay de cuando plantas un almendro y salen ortigas! La verdad, yo como jardinera soy un desastre, por eso no me quejo, porque echo las semillas, y nunca espero nada, que sale, bien; que no sale, bien tambien ... Yo con mi mata de hierbabuena voy sobrada, no tengo más que pasar la mano por sus hojas para que se vaya el olor a mierda que a veces arriba a mi ventana arrastrado por estos vientos de verano tan sureños y calentorros...
domingo
viernes
Jacko

Lo primero que se me ha venido a la cabeza cuando me he enterado de su desaparición ha sido una chapa con una foto suya que creo que regalaron con la SuperPop y que llevé prendida a un jersey el tiempo que ese jersey duró. Y entonces la ropa duraba mucho más que ahora.
Hace ya muchos años de esto, no recuerdo exactamente, sólo que por aquel entonces era negro. No el jersey, de lo que se llamaba manga de murciélago, sino el Rey del Pop que ya por aquel entonces debía andar en la categoría de prícipe, con permiso - o sin él- de David Bowie o el mismísimo Prince.
Siempre me pareció extravagante, no puede serlo de otra manera un señor que hace de los calcetinas blancos su santo y seña -eso sí, bordados con cristales de Svarovski- y convierte lo que ese gesto genital que en cualquier otro resultaría obsceno en el paso de baile más imitado a lo largo y ancho de ese planeta al que tantas veces ha puesto música.
También recuerdo un festival de fin de curso en el que al corro de la patata - y a una edad en las que los pezones asoman por la lycra del maillot como un grano de maiz a punto de estallar en palomita- los de mi clase cerramos con una coreografía del We are The World cuyo significado desconocíamos pero nos parecía de lo más comprometida. Muchos años después, esa canción me sigue produciendo un nudo en la garganta.
Ese hombre amenazado con el Sindrome de Peter Pan desde que no levantaba dos palmos del suelo poseyó hasta el final de sus días un poder de convocatoria increible. No hablo solo de fanáticos imitadores del genio sino de esa legión de celebrities que se unieron a sus múltiples proyectos. Recuerdo especialmente ese videoclip Liberian Girl, en el que reune a Olivia Newton John, John Travolta, Britnney Spears, Imán, Quincy Jones, Paula Abdul, Brigitte Nielsen, Whoopi Goldberg, Spielber, David Copperfiel, o Lou Diamond por citar a unos pocos.
Me prometo a mí misma un tributo a Jacko revisionando esos videoclips que en Rockopop anunciaban a bombo y platillo consiguiendo que la menda - y unos cuantos miles de imberbes y jovencitas castigadas por el cané- nos quedáramos inmóviles frente al televisor esos benditos sábados por la mañana que años más tarde se convertirían en jornada de aspiradora y demás quehaceres domésticos.
Nunca me gustó lo que de él se hablaba y se veía más allá de su burbuja. No esa a la que dicen que se conectaba en sus ratos libres como el que cree haber encontrado la fuente de la eterna juventud, sino esa otra burbuja de ensueño a través de la cual mostraba lo que mejor sabía hacer: cantar como un blanco y moverse como el negro que era hasta el enloquecimiento.
Lo que peor sabía hacer o hacía fatal con o sin intencionalidad era mirar hacia dentro. No es momento de hablar de sus turbulentas siestas con menores, sus terribles operaciones, sus caprichos de loco, al fin y al cabo, como aquel megaparque de atracciones, Neverland que lejos de convertirse en el Pais de Nunca Jamás demudó en infierno gracias a sus excentricidades atroces, pero insisto, no hablaré ni acusaré en su contra cuando no lo hizo un juez.
Su legado musical es incuestionable. Y con eso me quedo. Dicho lo cual, me propongo rescatar para el recuerdo la cara de la chapa. Sobre su tez ya no del todo negra, caía un rizo negro, eléctrico, flexible, como esos otros rizos que anuncian las mascarillas de moda. Traje de chaqueta blanco. Media sonrisa.
Lástima que tenga la impresión de que se murió siendo un infeliz.
jueves
domingo
viernes
Dias y noches

Inauguro esta ventana con las mismas ganas con las que se corre el visillo cuando se oye jaleo en la calle. No sé si ser ventanera y chafardera son lo mismo. Ni siquiera si acabaré por descubrirme, pero me gusta asomarme como al que le gusta fumarse un puro en las bodas: con detenimiento, parsimonia y el olfato predispuesto.
Se asomó a mi ventana no hace mucho tiempo una disculpa que no cobraré con intereses de demora. No es necesario. Las disculpas en sí ya son suficientemente rentables cuando suponen un doblegamiento ante el orgullo. Produce una enorme satisfacción otear el horizonte desde la ventana... y ver como se acerca un mirlo blanco a regalarte los oidos. El mirlo vuela, se aleja, se acerca, huye, vuelve... se fue sin que le echara dejando el poyete lleno de mierda... y volvió sin que le llamara; intentó limpiar su mierda -y su conciencia- con el pico, con las alas... nada de eso era necesario, pero es reconfortante.
Se asoma -a otra ventana- mi terrible Coto Matamoros en su desafío más acuciante y televisivo anunciando su próximo suicidio como el que anuncia una fiesta de cumpleaños: cena con los amigos y piñata con sopresa. La sorpresa es un arma de doble filo, pasa como con el carácter. Tendemos a decir que alguien tiene carácter cuando realmente lo que tiene es un mala follá del copón. Con las sorpresas tres cuartos de lo mismo; casi siempre se da por hecho que las sorpresas son buenas, pero no son pocas las veces en las que las sorpresas, a parte de cumplir su cometido que es sorprender, vienen cargadas por el mismísimo demonio.
Realmene no me causa sorpresa que este Matamoros que siempre me ha fascinado anuncie el final de sus das desde ese silloncito de DEC que parece de todo menos cómodo, veremos en que queda ese triple salto mortal sin red televisivo
Resuenan en mi mente estos días estribillos pegadizos medineros, como una ensalada de mezclum de lechugas verdes, tiernas, frescas, vistosas...´
Las noches son menos serenas, algo tendrá que ver esa caída en picado de la temperatura y la excitación tenue de la víspera. Me decía el otro día un compañero, "niña, ya estás en cuarentena". No jodas Jaime, como mucho "en capilla", que tampoco...
Un compromiso metálico en forma de aro fue la causa de que ayer me privara de otros metales más prometedores que comprometedores. Me llegó intacto el mensaje de una leve decepción, que en la voz de un ángel endemoniado siempre suena aún más terrible, aunque en cierto modo, alivió bastante mi pesar el hecho de que no me perdiera tanto como creía.
El que no se consuela es porque no quiere.
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