viernes

Brazo por chufa



Es muy habitual en estas fechas sentirnos invadidos por la nostalgia y el recuerdo de quienes no tenemos cerca. Yo recuerdo cuando era pequeña, que mi abuela lloraba por su marido -fallecido antes de nacer yo- y por su hija, "qué lástima de mi hija allí sola en Alemania"... y lloraba mi madre y enrededados en una espiral emocional llorábamos todos por el abuelo que no habíamos conocido y por mis tios y mis primos que casi sólo conocíamos por fotos... Cuando fui creciendo, y empecé a atesorar ausencias más reales, siempre tuve motivos para emocionarme, es a dia de hoy, y es inevitable que eso adorables "fantasmas" del pasado no se asomen a la ventana de la Navidad, y casi siempre es el motivo por el que la gente suele renegar de estas fechas. No es mi caso. A mí me encanta esta fiesta, la más pagana de todas a pesar del trasfondo religioso.


Este año, más que nunca me sobran motivos para celebrar, y no sólo en estos dias, y no es necesario contar una vez más los motivos.

Ayer, me encontré con un viejo amigo de esos que dejan de serlo sin saber por qué. Hace más de diez años que dejamos de hablarnos, y cada vez que le veía me daban ganas de acercarme y abrazarle, pero no era capaz de hacerlo. Ayer, coincidimos en una bar de barrio, él con sus amigos de ahora, yo con los míos de siempre... apenas le ví me puse nerviosa, pero jamás imaginé que con una naturalidad pasmosa se acercaría como lo hizo, nos fundiéramos en un abrazo y en ese mismo instante, sin palabras, quedaran enterrados mil rencores innecesarios.
Cuando llegué a casa, trastetando un rato por Facebook, coincidí, que ya es coincidir por las diferencias horarias, con mi amigo Javi. El desde México, yo desde mi casita en Madrid, y felicitándonos las fiestas y esas cosas que se suelen decir la víspera de la Nochebuena... y hubo un momento en el que me dijo:
"Florita, no te imaginas lo que más echo de menos"... descarté a la familia por obvio, y porque él formó allí su propia familia, y porque de ese tema hemos hablado y sé que los tiene tan presentes y habla tan a menudo con ellos que aún no ha tenido tiempo de echarles de menos...
-Jamón? pregunté.
-No, jamón no, ni queso, ni chorizo.. aquí lo venden envasado... pero ahora mismo... sólo de pensar en una horchata de chufa se me saltan las lágrimas.
Me quedé muda.
"Una horchata Flori, o unas chufas para hacerla yo mismo... no te imaginas... es lo único que me falta... daría un brazo por una horchata..."
Me hubiera gustado en ese momento fletar un avión cargado de chufas directo a su casa... algo tan aparentemente sencillo y sin embargo imposible.

Quiero decir con esto, que no es la distancia, ni la familia, que lo que uno echa en falta es lo que no tiene, desde algo tan simple como una chufa a algo más complicado como un amor... por eso no puede haber mayor deseo para los demás que consigan aquello que quieren.


Feliz Navidad...!!!