jueves

Sávreh

Desde que comenzó no hubo una sola noche que no pensara que algún día terminaría, y terminó mucho antes de que empezara, a fin de cuentas, es algo que forma parte de la historia, de cualquier historia de amor.

Hubiera preferido enredarse en su cuerpo sin ropa, sin sábanas, sin huellas, y llorar la despedida envuelta en sus brazos, en silencio, dejándose arrasar por su deseo una vez más la última, y no fue así, y ya no volverá a ser.

Echará de menos todo lo que nunca le dijo, los besos que nunca se dieron, los sueños que nunca realizaron y recordará hasta que la memoria se lo permita su lengua ardiente, sus manos ásperas, sus muslos firmes, sus ojos de fuego, su sexo dentro de ella...

Se amaron aunque jamás se lo dijeran con  palabras, se amaron... y sin palabras, se seguirán amando

1 comentario:

  1. Para amar no hace falta palabras, las miradas, las caricias, el gesto y una sonrisa es suficiente.
    Abrazos

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