martes

Perla de Nilo

Te miro y no te encuentro aún teniendo a un palmo de los míos tus ojos, y me pregunto dónde fue a parar el fuego, dónde! Me regalas tu dibujo de mi cuerpo desnudo e intento averiguar en qué momento me imaginaste así, porque no recuerdo esa orgía caribeña de sexo rotundo y sudor templado como jugo de langosta.

Tu imaginación generosa me regala curvas depuradas y ningún atisbo de piel naranja, decididamente, no era yo a quien dibujabas, pero insistes. "Te hice un dibujo, mi negra, eres tú desnuda".

Le buscaré sitio en mis paredes africanas a ese sueño líquido y cubano que me evoca a los mojitos de Rogelio; contacto suave, textura elegante, acabado exuberante.

Transcurre sinuoso tu caudal salvaje cada vez que miro el dibujo... y descubro que el fuego sigue estando en tus ojos, y yo intentando recordar...

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