domingo

Zahorista a tiempo parcial

Tengo la sensación de que a veces la intuición se pone de mi parte y a poco que me lo propusiera sería capaz de descubrir miserias y riquezas bajo las pieles más opacas. Siempre he tenido la sospecha que la transparencia no es más que una ilusión óptica que muestra una falsa desnudez a los ojos de quienes no quieren tomarse la molestia de intentar alcanzar con la vista el horizonte desde otro plano. Yo empiezo a tener la vista cansada, del desgaste que produce mi gusto por los laberintos tridimensionales, cansancio que se ve recompensado a la hora de componer, recomponer, descomponer...

Me detengo en los recovecos, que es donde suele amontonarse la suciedad y es pavoroso contemplar el detritus en el que se convierten algunas personas ahí donde creen que nadie pueda llegar con los ojos. Del mismo modo, resulta altamente gratificante comprobar como en otras personas por esos mismo recovecos discurren tranquilamente ambrosías. La diferencia, naturalmente, es que la mierda se estanca y completa su putrefacción corrompiendo cuanto a su paso encuentra, en cambio, la belleza fluye tranquila o exaltada, pero fluye y se extiende como el océano desde la roca.

Qué poco nos parecemos a lo que parecemos en cualquiera de los casos.

Me quedo con la belleza, me gusta descubrir bajo la corteza del hijoputismo más aterrador la debilidad más insospechada, es como cavar en la tierra y descubrir un brote verde entre los gusanos casi al final del tiesto, en cambio detesto, cada vez más, que en el fondo de los vergeles más exóticos y llamativos sobrevivan en una inmundicia secreta las verdaderas intenciones de quien se muestra flamante como una buganvilla.


La inspiración se disfraza de zahorista y trata de exprimir el jugo de lo cotidiano, que es mucho, y desmenuza la pulpa de lo corriente y moliente y trata de adivinar vidas dentro y fuera de otras vidas. Me siento exploradora de lo mundano, a veces, estrepitosamente fracasada cuando lo que hay es lo que se ve, y hechicera de pacotilla cuando se ve a través de mis ojos, que ni siquiera son verdes o negros, aunque a veces ven más allá... un segundo antes, de que otros lo vean

2 comentarios:

  1. Hola Reinamora !!
    Menudo descubrimiento, tu blog....supe de tí por lo del desencuentro con Gala,...la falta de tiempo ha hecho que te escriba más tarde...pero ..me gusta lo que escribes y la forma de hacerlo,me quedo con "Qué poco nos parecemos a lo que parecemos en cualquiera de los casos. "………….Inevitable coincidir con tus palabras ¡!
    Seguiré tu blog con mucha curiosidad!
    Besos!!

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias por tu comentario!
    Me alegra infinitamente tu "descubrimiento" y más aún que te haya gustado
    Un saludo Elia

    ResponderEliminar