jueves

Arturos

Va a ser verdad eso de que en la famosa casa de GH todo se magnifica, y ha llegado esa magnificencia tan lejos, que por magnificarse se magnifica en el plató, y fuera del mismo cada vez que salen a la palestra Arturo, su delfín y su modus operandi. No sólo es tema de debate de programas de televisión (o neorealismo televisivo que lo llaman ahora), trasciende a la calle, a los desayunos de oficinistas mileuristas y allá donde haya una defensora del feminismo mal entendido o un detractor del macho ibérico. Ni calvo, ni con dos pelucas.

En mi opinión, nada extrema, escucho a unos y a otros, y me pregunto si la cuestión no será que deberíamos empezar a admitir sin escrúpulos, que Arturo es un tipo de hombre que irrita tanto porque gusta mucho.

Dramatismos fuera, yo, y la mayoría de mujeres y hombres a los que les gustan los hombres que conozco, hemos tenido un Arturo o mataríamos por tener un Arturo, aunque sólo fuera para sofocar el calor que producen esos ojos verdes.

Mi Arturo se llamaba Mihai, pero también podría haberse llamado Juan, y es ese tipo de hombres que no se toman la molestia de regalarte el oido prometiendo amor eterno porque sólo buscan sexo. Ni siquiera creo que sea egoismo, suelen dejarlo bien claro, pero creemos que con algo de tiempo seremos capaces de enamorar al hombre después de darle de comer a la bestia a base de sexo más o menos salvaje.

Se habla demasiado de la libertad sexual, pero los argumentos pierden fuelle como la espuma de una cerveza en cuanto pasamos de la teoría a la práctica.

Arturo es el canalla de discoteca, la envidia de los que no mojan el churro, el blanco perfecto de las mujeres que son capaces de tener sexo sin amor sin sentirse culpables, y en definitiva, un tipo de 33 años al que quieren crucificar algunos, al que la boca que le pierde es la de la polla, que esparce semen como un surtidor.

Nos han educado a muchos en la creencia de que el sexo sin amor es caca. El sexo es fantástico cuando lo haces con quien quieres hacerlo, haya amor o no, y cuando lo haces con alguien con quien no quieres hacerlo es violación. Por eso no soporto cuando Indhira dice "cuando te acostabas conmigo..." a ver, guapa, hasta donde yo he visto, cuando Arturo se ha acostado contigo es porque tú te has acostado con él, y la mayoría de las veces, esto ha ocurrido porque le has puesto cachondísimo, cosa que está muy bien, y que no requiere de un gran esfuerzo tratándose de coyuntar con Arturo.

No apruebo sus comentarios despectivos hacia nadie, del mismo modo que los condenaría si en vez de ser un hombre fuera una mujer, pero me temo que ha sido muy fácil encontrar en su actitud motivo de debate. En este caso también se magnifica.

Queremos alguien que nos quiera, que nos respete, que nos cuide y que nos haga felices cuando buscamos una pareja, un compañero de vida, un amor... pero quién ha dicho que para follar y pasarlo pipa fuera necesario que después de echar un polvo te frotaran la espalda con la esponja y te llevaran el desayuno a la cama? Arturo, probablemente sería una nefasto marido, pero como amante es incuestionable.

La hipocresía y la envidia son males endémicos a la altura del feminismo trasnochado y el machismo de manual.

Arturo no es más que el landismo en estado puro, a pesar de los tatuajes, los piercing y los condones de sabores, lástima que aún haya muchas mujeres a años luz de la mentalidad de aquellas suecas que echaban su polvito sin complicarse la vida y sin esperar a cambio algo más que un orgasmo.

Aunque sólo sea porque gracias a ellos supe con qué tipo de hombre quería compartir mi vida, conservo en mi memoria con respeto y cariño a mis "arturos"... y si esto es ser machista, pues va a ser que soy machista. ¿o no?

No hay comentarios:

Publicar un comentario