domingo

Morfología del amor (II)

Anunciaban en la televisión que había muerto la más grande, Jesús le explicó a Marta que la más grande era Rocio Jurado, y Marta se revolvió del sillón y desde su aplastante coherencia de niña de seis años, espetó:
- La más grande soy yo

Marta sabe que tiene un padre y una madre, que estuvieron casados veinte años, que antes que ella nació su hermano, y que desde hace ya cuatro años, tiene dos casas. Marta no etiqueta, no distingue, no cuestiona; discute con Jesús y juega con él hasta que su paciencia le permite enfrentarse a una hiperactividad injusta para una niña.

Antonio disfruta de su nueva vida, a fin de cuentas, ha estado demasiado tiempo viviendo una vida que no quería: la factura de un matrimonio como dios manda es excesivamente elevada.

No hay que explicar mucho más, realmente, no es más que una historia de amor como tantas otras... la diferencia, es que a los 40 años, por más que uno lo intente, es imposible recuperar el tiempo perdido, aunque a esa edad, que alguien no entienda cómo es posible que Antonio encuentre su felicidad en Jesús es algo que ni siquiera tienen en cuenta. Como debe ser.

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