sábado

I.P.

He de reconocer que cierta superstición me impide escribir completo el nombre de esa tonadillera que siempre estuvo en cuanto a voz por debajo de la más grande, añorada Rocío Jurado.

No cuestiono su talento, que lo tiene, las veces que la he visto actuar en directo me ha parecido excepcional, pero esta folklórica posee una extraña bipolaridad: puede pasar de ser la más glamourosa sobre el escenario a ser la más de las lisardas con su chandal de tactel y sus greñas desgreñadas; de humilde a ostentosa, de presunta inocente a presunta culpable del choriceo a gran escala.

Esta mujer de ilimitada ambición se ha pasado muchos años cantando y otros cuantos dando "el cante", y lo más jugoso, supongo, está por venir.

Como personaje de novela negra sería digna de un Millenium a la española, con sus amores polisexuales, con sus propiedades tan impropias, con sus aires y desaires, con su historia y su leyenda.

No contaba I.P. con que la cadena amiga haría sobre ella el mayor follletín televisivo, donde no hay día que no se nombre a la gitana universal como el que echa un puñado de tierra sobre el féretro de un difunto.

Deseando estoy de escuchar un disco suyo grabado desde la cárcel, lo que demuestra que mi admiracion por su voz no me ciega, y aún sin haber sido juzgada aún, a mi me da que ésta es una ladrona de mucho cuidado. Que la detengan, que devuelva lo que ha robado, que cumpla su condena legal... será mucho más llevadera que esa otra condena por la que ya está pagando: el desprestigio al que ve sometida su imagen.

I.P. = JDT

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